Si el mundo fuera lógico, el crumble lo habrían inventado en Costa Rica y no en tiempos de guerra en Inglaterra. Entonces, su historia, en vez de pertenecer a restricciones de harina, habría sido desmenuzada en una tierra caliente sin prisas, de placeres apurados, donde la naturaleza no respeta las reglas.
Esta tarde, acordándome del que fue el verano de nuestras vidas, me decido por un crumble de piña y plátano.
Después de probarlo, tú también pensarás que es tico.
Ingredientes:
Relleno:
- 2 plátanos
- 400 gr de piña
- 50 gr. de mantequilla
- Una cucharada de postre de vainilla
- 50 gr. de azúcar moreno
- 2 cucharadas soperas de agua
- Unas gotas de limón
Masa:
- 150gr. de harina
- 150gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar moreno
Precalentamos el horno a 180 ºC.
Pelamos los plátanos, los troceamos y los ponemos en un cazo.
Los salteamos con la mantequilla, las dos cucharadas de agua, el azúcar moreno, la vainilla y el limón hasta que tengan color dorado. Le añadimos la piña troceada, lo dejamos al fuego un par de minutos y lo reservamos.
Pasamos a preparar la masa.
Mezclamos en un bol la harina con la mantequilla fría a dados y el azúcar moreno. Lo troceamos con las manos o con un tenedor hasta obtener una textura parecida a migas de pan. Dejamos reposar la masa unos diez minutos.
Vertemos en un molde el relleno hasta cubrir toda la base. Sobre el relleno añadimos la masa en forma de migas de pan hasta que quede cubierto totalmente.
Lo horneamos unos 35 minutos. Lo podemos servir con helado de vainilla o nata montada. A mi gusto, mejor helado y acabamos de apurar el verano.
¡Que aproveche!